sábado, 7 de julio de 2012

Spider-man 3, el final de una saga que no debió terminar

Un día después de ver The Amazing Spider-man deberia hablar de esta película, de lo poco que me ha gustado y lo de inecesaria que me parece teniendo una saga tan sólida como la que había, una franquicia que era un éxito comercial... pero que se truncó por la tercera película. Yo soy el primero que dice que aquel filme no fue bueno, pero en un ataque de añoranza por la vieja saga de Spidey, he vuelto a verla, cosa que no hacía desde el estreno en 2007, y aun reconociendo que es el peor de los tres, voy a decir una cosa: me gusta.

No tengo duda de que he llegado a esa conclusión ahora y no en su momento precisamente por el "efecto Amazing"; es tal la decepción que me ha dado la película dirigida por Marc Webb que veo con otros ojos la última dirigida por Sam Reimi. Pero es así, me gusta, me parece una historia entretenida, divertida y optimista, pero también con momentos de misterio e incluso un poco de terror, que es emotiva y puede tocar la fibra sensible...

Quiero comenzar destacando el papel del Hombre de Arena, que aquí tiene más personalidad de la que jamás ha tenido en los cómics, con un Flint Marko que es víctima de las circunstancias y de su deseo de salvar la vida de su hija enferma. Esa secuencia  en la que intenta, sin éxito, mantener sólido su cuerpo, tiene una gran carga emotiva, más todavía cuando alarga la mano para coger la foto de su hija. De verdad, es emocionante. También lo es el final de la propia película, con él pidiendo a Peter y disolviéndose en arena que se esparce por el cielo.

Es verdad que lo de que Marko resultase ser el asesino de tío Ben es rebuscando cuanto menos, pero no tengo claro hasta qué punto esa podía ser la idea original de la película. Quiero decir, a la película se añade una trama argumental, la del traje alienígena, que implica que la personalidad de Peter tiene que cambiar para mostrarse como un tipo siniestro, de ahí que se da un enfrentamiento entre Spider-man y el Hombre de Arena que termina con el primero usando agua para disolver al villano. Para matarlo, vaya. Pero para justificar este ataque tan violento está ese giro argumental de que Marko matase a Ben. Me pregunto qué habría pasado si no hubiera estado el dichoso traje por imposición de los productores.  

Creo que, aun con todo, la trama del traje alienígena está bastante bien llevado. Podemos quejarnos de las muchísimas casualidades que se dan, que si el bicho cae en la Tierra y justo donde están Peter y Mary Jane, que si él intenta quitárselo de encima precisamente en la misma iglesia donde está Eddie Brock, que Veneno y el Hombre de Arena se encuentran en un santiamén para formar alianza... Pero, seamos realistas, los cómics de Spider-man son así. Desde la primera casualidad de que a Peter le pique aquella araña a que el padre de su mejor amigo sea el Duende Verde hay decenas de casualidades. Si lo aceptamos en los cómics, ¿por qué no hacerlo en una película?

Por lo que se refiere a Eddie Brock, bastante se hace con este personaje fijando dos razones para odiar a Peter, quien le "roba" a Gwen Stacy y destruye su carrera como fotógrafo al demostrar que su foto en primicia es una farsa. Vaya, que el Eddie Brock de las primeras apariciones en los cómics tampoco era el personaje mejor definido del comic, así que poco se podía hacer con un tipo metido con calzador. Reconozco que esperaba más de Veneno, y aun así protagoniza una escena impactante en la que pilla por sorpresa a Spidey y al espectador.

Al final de la película, Veneno muere en una explosión, casi como si Raimi quisiera quitárselo de encima para que no volvieran a echarle encima ese marrón. Se nota que es una trama que ni le va ni le viene. La de Harry Osborn, en cambio, por supuesto que sí que le interesa y viene desarrollándola desde la primera película. Y como con el Hombre de Arena, se nota cierto aprecio en esa parte. Me encanta ese Harry maquiavélico que sabe que Peter es Spider-man, que está obsesionado con vengar la muerte de su padre, el Duende Verde... Me gusta cuando está en el teatro observando a Peter y a Mary Jane, secuencia de paz que sigue con un ataque sorpresa del propio Harry... Qué decir de cuando pierde la memoria, algo por lo que pasaron los dos primeros Duende Verde en varias ocasiones en los cómics -¡más casualidades, sí! Pero esperad, ¿y cuándo Spidey y Harry hacen team-up para combatir al Hombre de Arena y a Veneno? Que digan lo que quieran, ¡los team-up son la salsa de los cómics de Spidey y esos dos han luchado codo a codo varias veces! De nuevo, si lo aceptamos en los cómics, ¿por qué no hacerlo en una película?

Pero al margen de todo lo dicho, que es bastante, me quedo con la simpatía que me generan los personajes: Peter, Mary Jane, Harry... son esos amigos que hemos visto crecer y formarse desde la primera película. Es un triángulo que vive grandes momentos: cuando Pete y MJ están en esa enorme tela de araña mirando el cielo -comparable al mítico beso bajo la lluvia de la primera película; cuando Harry está cocinando con Mary Jane y se marcan un twist... ¡Dios, es puro años 60, es puro comic de John Romita Sr!; o cuando Harry rompe el corazoncito de nuestro prota obligando a Mary Jane a abandonarle y a decirle que está con otro -a lo que se añade que Harry, con sonrisa maliciosa, le dice que ese "otro" es él. Pero el gran momento es esa victoria pírrica contra Veneno, por la que Harry da la vida y la despedida que, salvando las distancias, me recuerda al mítico Spectacular Spider-man nº 200.

Sinceramente, creo que Spider-man 3 es una película que tiene todo lo que podemos esperar de una adaptación de un comic. No es tan acertada como la primera parte ni llega a la perfección de la segunda, pero es un filme digno. Cierra tramas e introduce nuevos elementos, como Gwen Stacy, el capitán Stacy y presta atención al doctor Curt Connos, quienes seguramente hubieran protagonizando la cuarta parte. Vilipendiarla por unas pocas secuencias -aquellas de Peter bailando y tal- me parece injusto. Yo mismo lo hice en 2007, sí, pero después de ver el "Spider-man meets Batman" que se ha marcado Webbs, una película que fusila el origen ya conocido y que añade un tibio argumento con el Lagarto, echo de menos la saga de Raimi, la forma en que se hacían las cosas y me hubiera gustado una cuarta parte de una saga que, para mí, no debió terminar. Quién sabe, tal vez algún día director y actores vuelvan para contarnos cómo continuó la historia.

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